El sabor de estas galletas me recuerda mucho a las "pastas blancas" que compraba de pequeña en las tiendas de chuches.
Con los caramelos que se deshacen en el horno a la vez que se cuece la masa de las galletas, quedan muy coloridas.
Si hacemos un agujero cerca del borde antes de meter al horno, luego se puede poner un lazo para utilizarlas como adorno en el árbol de Navidad o para decoración de los paquetes de regalo.
Parece más laborioso de lo que realmente es, echad un vistazo al paso a paso para que veáis que son realmente sencillas.
Os recomiendo utilizar mantequilla normal, en esta ocasión utilicé una de las que son fáciles de untar y como veis en las fotos, la masa no quedó tan uniforme.
200 gr mantequilla 125 gr azúcar glas
440 gr harina tamizada
1 huevo L + 1 yema
1 cucharadita aroma vainilla
40 caramelos pequeños de colores
Tener la mantequilla a temperatura ambiente para que esté manejable.
Batirla con varilla eléctrica junto con el azúcar.
Cuando estén mezclados los dos ingredientes y se haya formado una crema, incorporar el huevo, la yema y el aroma de vainilla. Volver a batir.
Añadir la harina en 3 ó 4 veces. Mezclar bien ayudándonos de una espátula ya que si seguimos batiendo con varilla eléctrica entrará demasiado aire a la masa.
Terminar de amasar sobre la mesa. Queda una masa muy manejable, tipo plastilina que no se pega a las manos. En caso de que se pegue añadir un poco más de harina.
Dividir la masa en 2 trozos para que nos resulte más sencillo trabajar con el rodillo.
Colocar uno de los trozos de masa entre dos hojas de papel de horno y estirar con un rodillo intentándole dar el mismo grosor a toda la superficie. Para ello nos podemos ayudar poniendo como base de los extremos del rodillo un par de revistas gruesas tal y como se ve en la foto.
Repetir la misma operación con el otro trozo de masa.
Dejar las placas de masa en el frigorífico mínimo 1 hora y luego sea más fácil darles la forma con los cortadores.
Encender el horno 180º, calor arriba y abajo.
Sacar las placas de masa de la nevera y ayudándonos de cortadores, darles la forma que queramos, haciendo un círculo en el centro.
Los restos de masa se pueden juntar, volver a amasar con el rodillo y cortar, hasta terminar la masa. Si vemos que se reblandece mucho y pierde forma al cortar, meter en la nevera un rato para que la masa coja cuerpo.
Cubrir la bandeja del horno con papel y poner las galletas manteniendo un poco de distancia entre ellas. Colocar un par de caramelos en el agujero central de cada galleta.
Introducir la bandeja en la parte media del horno y dejarlo 12', 180º, calor arriba y abajo.
El tiempo depende de hornos y del grosor de la galleta, pero se puede comprobar que la galleta está hecha cuando lo superficie deja de brillar o vemos que los bordes han comenzado a coger color tostado.
Sacar, esperar a que el caramelo se endurezca un poco antes de pasar las galletas a una rejilla para que se enfríen del todo.
Salen aproximadamente 20 galletas de unos 8 cm de diámetro.
Puedes ver las fotografías del paso a paso en Ay Inesita.