helado con compota de fresa y mango

Postres, ¡¡ay los postres!!

De pequeños, cuando íbamos a comer a algún restaurante con mis padres, recuerdo que mis hermanos (los chicos) siempre preguntaban si podían comer solo un plato y dos postres. Lo que no recuerdo es como terminaba el asunto, aunque me juego que más de un postre caía porque mi padre, como buen diabético que era, hacía cualquier cosa por comer dulce y si la excusa era terminar todo, pues ahí estaba el para echar una mano.

Ahora cuando voy a un restaurante, casi siempre comienzo mirando los postres para decidir que voy a comer, vamos que la genética marca y marca mucho :), así que si os digo que no entiendo a la gente que no pide postre creo que lo comprenderéis y es que se me salen los ojos de las cuencas "¡¡¿En serio no vas a pedir nada... ni para compartir!!?? Si quieres pedimos a medias a mi no me importa"

Este helado lo puse la semana pasada cuando vinieron unos amigos a comer.

Quería hacer algo que no fuera muy pesado, siempre voy al chocolate y después de una comilona hay veces que no es lo más indicado.

El contraste del helado, con la compota templada y los arándanos frescos y crujientes es espectacular, creo que hasta los que no comen postre van a tener que rendirse y probar este.

500 gr fresas

400 gr mango

50 gr azúcar

arándanos

helado (vainilla, yogur, leche merengada...)

Limpiar el mango y las fresas. Cortar todo en dados pequeños.

Poner las frutas, excepto los arándanos, en un puchero a fuego medio/bajo.

Incorporar el azúcar e ir moviendo de vez en cuando, mientras se va haciendo.

Dejar que se cocine poco a poco a hervor muy suave, aprox 30-40', para que las frutas saquen el jugo, pero sin llegar al punto que las fresas se deshagan mucho.

Servir el helado, con una buena cucharada de compota templada y los arándanos por encima.

NOTA; otra idea es hacer un batido con los mismos ingredientes añadiéndole un poco de leche fría para que no sea tan espeso.

Puedes ver las fotografías del paso a paso en Ay Inesita.