Hoy no voy a publicar una receta porque tengo muchas ganas de compartir las fotografías de los platos que componen el menú de un restaurante al que fuimos la semana pasada.
Es el restaurante Callizo en Aínsa (Huesca). Unos amigos han ido varias veces y siempre nos decían que teníamos que ir y la verdad es que merece la pena salimos encantados, en cuanto tengamos la oportunidad repetiremos.
Recomiendo a todas aquellas personas que en algún momento estén por esa zona vayan sin dudarlo. Es una gran experiencia.
Sorprende mucho que en un entorno de casas de piedra, tipicas de la zona de pirineos, haya un restaurante de cocina creativa.
El local es clásico, con manteles de algodón blanco bien planchados y mesas y sillas de madera, pero el menú es original, divertido y muy completo. Cada plato con su "vajilla" y su pequeña historia. Es una sitio para disfrutar con los cinco sentidos.
Y como una imagen vale más que mil palabras os dejo unas cuantas fotos.
Restaurante Callizo
Plaza Mayor
Aínsa (Huesca)
Tl. 974 500 385
"Tierra"
El menú Tierra comienza con un cocktail de "nada" y como indica el nombre era nada...pero guardaba una pequeña sorpresa que es mejor descrubirla ahí, así que la nada se queda en incógnita.
Vermutman-flash y olivas
Era lo que pone. Un vermouth en un divertido formato flaggolosina que en los años 70 causó furor y aceitunas...
Olivas
Gilda: aceituna gordal rellena de una crema de piparra (guindilla) venía colgada en un bonsai de olivo y unas bolitas de aceite de sabor intenso que nada mas meterlas en la boca explotaban.
Gusanitos de azulete y fresas
Uno de los platos que más me sorprendió. Es algodón de azúcar haciendo la forma de unos capullos de seda y dentro tiene un relleno de crema de queso azul. Una combinación de sabores increíbles y una presentación genial.
Bolsitas comestibles
Para orear la matanza, en las casas de la zona colgaban los chorizos y las morcillas en una cañas largas y así nos presentaron estas bolsitas de maíz frito. Vino la camarera con una caña de la que colgaba una bolsa para cada uno y aunque el plato se llama así... tienen que insistir en que la bolsa es comestible porque cuesta creerlo.
Trucha del Cinca
Viaje por el mundo
Perú - México - Japón
Este plato a mi me hizo una ilusión especial. Mi padre, en ocasiones, iba a pescar truchas a Aínsa al río Cinca y una vez que fui con el no pesqué ni una, pero no se me olvidará nunca porque un amigo suyo me dejó una caña nueva y la rompí... así que para el me quedé con el nombre de "la rompecañas".
El plato consistía en 3 cucharas de trucha representando diferentes países. Japón era un sushi, aunque tenía forma de tartar, México con guacamole y Perú un ceviche que era en cuchara y el cítrico con un toque picante venía en un chupito.
La Magia de Huesca
Dejaron sobre la mesa una teja, con un metacrilato y dos tostadas con queso.
Vino el camarero y puso unas lascas de trufa en una copa para oler ese aroma intenso a tierra que tiene.
En un embudo simuló exprimir queso y trufa y ¡sorpresa! el líquido resultante lo echó sobre las tostadas de queso.
Es el comensal quien termina de montar el plato poniendo por encima las lascas de trufa.
Patatas a la brasa - mantequilla trufada
Unas patatas asadas presentadas en una plancha de metacrilato que debajo tenía una tableta con un fuego vivo y se oía crepitar, así que la sensación era que se estaban haciendo en el momento. Acompañaba una lata con mantequilla de trufa.
Este plato me gustó mucho la presentación, pero fue un poco pena que las patatas no estaban recién hechas.
Km 0. Legumbres olvidadas.
Judía verdeña de Eripol con col de indiana contrastes de matanza
Maravillosa la presentación y el sabor. Un círculo de col cortada en una juliana minúscula, con una crema de judías en el centro. Alrededor estaba, por orden de las agujas de reloj, una flor comestible, una bolita de morcilla, un trozo de tocino, una bolita de chorizo, unos aros de guindilla y unos ajos fritos.
La cocina primitiva: cazadores y recolectores
Lomo de jabalí en su hábitat
Sin suplemento el menú tiene un plato de carne y otro de pescado para elegir, pero incluye más opciones pagando el suplemento que indica.
Nosotros elegimos lomo de jabalí. Primero en una mesa al lado dejaron una rueda de tronco con frutas y miel.
El lomo de jabalí también lo presentaron sobre tronco de árbol y montaron los platos en el momento poniendo como acompañamiento: sobre el lomo unas grosellas, una mora al lado, unos arándanos en una cucharilla, una falsa trufa que era paté y un platillo con panal de miel.
Torrija de pan de pueblo caramelizada, helado cremoso, semisorbete de frambuesas silvestres, gel de frutos rojos y chocolate
Y de postre torrija. Bajo los helados había petazetas y el semisorbete de frambuesas silvestres estaba hecho en polvo con un toque muy ácido riquísimo.
Con los cafés nos sirvieron a cada buñuelo de crema con un poco de chocolate.
Y como he comentado al principio, en cuanto pueda repetiré. Acababan de abrir la temporada y disponían de un menú, pero habitualmente tienen dos, así que habrá que ir a probar el otro ;)