Lo de comer en el trabajo es muy cómodo y más en mi caso. Reconozco que somos unos privilegiados porque la empresa nos paga casi la totalidad del menú diario, nosotros únicamente tenemos de desembolsar 1€ cada día que vamos a comer.
Del catering no nos podemos quejar, aunque nunca llueva a gusto de todos, pero eso siempre será así. Los menús son variados y hay 3 primeros, 3 segundos para elegir todos los días y varias opciones de postre.
Entonces ¿Por qué me llevo la comida de casa? Porque yo sé lo que estoy cocinando y conozco el aceite que utilizo y la cantidad de sal que le echo y estas pequeñeces mi estómago las agradece. Cuando estoy mucho tiempo comiendo fuera de casa, mi estómago dice "bonita, para y ponte a pensar menús que sino nos vamos a llevar muy mal" y en esas ando, pensando que llevo para comer todos los días.
Y ahí es donde llega la parte que no es tan divertida de cocinar y alguna vez ya os lo he comentado que es "hacer la comida".
A mi me encanta cocinar, pero me parece un rollo hacer la comida, que no es lo mismo aunque lo parezca. Cocinar es para relajarme, porque me apetece, porque van a venir invitados y me hace ilusión preparar algo especial, porque alguien quiere aprender como se hace un plato, porque quiero hacer un regalo... pero hacer la comida es pensar en menús diarios, variados, equilibrados, que si los llevas al trabajo no queden muy secos pero sin abusar de salsas y ahora toca romperse la cabeza un poquito.
Esta es una buena idea de plato único con un postre. Es muy completo, al llevar en el relleno crema de calabacín en lugar de besamel, es más ligero y os puedo asegurar que está riquísimo.
8 espárragos trigueros
10 ajos frescos250 gr setas variadas
4 calabacines
2 quesitos50 gr queso rallado
Picar los espárragos y ajetes en trozos pequeñitos.
Poner una sartén con un poco de aceite al fuego y cuando esté caliente echar los espárragos y ajetes, añadirles un poco de sal. Dejarlos unos 5' a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que se vayan haciendo todos los trozos por igual.
Pasados los 5' añadir las setas, si son pequeñas enteras y si son grandes en trozos y dejar que se vayan cocinando en conjunto durante otros 5'., manteniendo el fuego medio y removiendo de vez en cuando.
Vaciar los calabacines, en este caso al ser redondos, quitar la tapa y con una cucharilla sacar la mayor cantidad posible de carne de calabacín del interior, con cuidado de no romper la piel. Si el calabacín es alargado, se puede cortar en trozos y vaciarlos dándoles forma de vaso, dejando un poco de fondo para que el relleno no se salga.
En un puchero con agua hirviendo, echar sal y la carne del calabacín. Cocer hasta que esté blanda. No tardará mucho, en menos de 5' estará hecha.
Escurrir bien, para eliminar todo el exceso de agua.
Poner en un recipiente la carne cocida y triturar con los 2 quesitos, para hacer una crema.
Rellenar los calabacines con la mezcla de espárragos, ajetes y setas. Cubrir con la crema de calabacín y añadir un poco de queso rallado por encima.
Meter los calabacines en el horno, previamente calentado, 180º, modo ventilador, 30'.
Puedes ver las fotografías del paso a paso en Ay Inesita.