Lo que me gusta de este tipo de tartas saladas o quiches, además que puedes echarle toda la imaginación del mundo con respecto al relleno, es que uno se puede complicar tanto como quiera.
La versión más sencilla es la de comprar una masa quebrada u hojaldre. Las que venden en los supermercados refrigeradas dan muy buen resultado, el relleno no cuesta nada hacerlo y luego es cuestión de dejar que se cocine en en horno.
La versión más elaborada es hacer la masa en casa y aquí ya entran en juego muchos factores. Todo depende del tiempo que se quiera invertir, pero se puede hacer la masa y dejarla refrigerada de un día para otro. Las ganas, ahí ya no puedo entrar. El miedo. Sí, las masas por lo general dan miedo, porque hay momentos en los cuales parece que los ingredientes no van a ligar y se van cada uno por su lado, pero eso se soluciona practicando y al final las masas salen y hacerlas en casa es una maravilla y una gran satisfacción.
masa
250 gr harina
125 gr mantequilla
2 huevos
sal
relleno
150 gr cebolla
175 gr trucha limpia
4 huevos
125 ml nata liquida
100 gr queso rallado
Masa
Tamizar la harina y añadirle la mantequilla muy blanda.
Remover con una espátula para que parte de la harina se integre con la mantequilla. Añadir los dos huevos y un poco de sal. Mezclar bien.
Poner harina sobre la mesa o encimera de la cocina, echar la masa y amasarla con las manos.
Si la masa se pega a las manos o a la mesa, incorporar poco a poco harina hasta que esto deje de suceder, pero siempre tiene que quedar una masa manejable.
Envolver en papel film y dejar en la nevera durante unos 30' para que coja cuerpo.
Relleno
Poner en una sartén un poco de aceite, añadir la cebolla cortada en juliana y dejarla a fuego medio bajo durante 5' removiendo de vez en cuando para que se haga por igual. Una vez esté pochada, subir el fuego para dorarla un poco, vigilando en todo momento que no se queme.
Añadir la trucha cortada en dados. Cocinarla en la sartén junto con la cebolla, unos 5' a fuego medio-bajo. No se hará del todo, ya que se terminará de cocer en el horno, para que no quede seca.
Batir los 4 huevos con la nata y sal. Incorporar la trucha, la cebolla y el queso rallado. Reservar.
Tarta
Calentar el horno a 180º, modo ventilador.
Antes de incorporar el relleno, es conveniente cocinar un poco la masa en el horno, en el mismo molde que se va a utilizar para hacer la tarta.
Poner en la mesa o encimera de la cocina harina para estirar la masa. Con un rodillo, estirar la masa hasta dejarla de máximo 1 cm de grosor.
Pasar la masa al molde con ayuda del rodillo y quitar la parte que cuelga por los laterales, dejando que la masa cubra solo el interior del molde.
Forrarla con papel de horno y echar peso sobre la masa para que esta no leve.
Generalmente se utilizan garbanzos o alubias que se vuelven a guardar para utilizarlas en posteriores ocasiones con este tipo de masas.
Horno 180º, modo ventilador, 15' aprox.
Pasado este tiempo sacar la masa del horno y quitarle las legumbres que han servido de peso. Las paredes estarán hechas y el fondo semi-cocido.
Verter la mezcla de huevos, nata, trucha, cebolla y queso.
Meter al horno 180º, calor arriba y abajo unos 30’ .
Introducir la punta de un cuchillo en el centro para ver si ha cuajado bien el huevo. Si no es así dejarlo 5-10’ más y volver a hacer la prueba.
NOTA: Dependiendo de hornos, para que no se queme la superficie, más o menos a mitad de cocción es recomendable sacar la tarta y cubrirla con papel de aluminio.
Puedes ver las fotografías del paso a paso en Ay Inesita.